
Pero lo cierto es que los campos son un grito de color y la vieja villa castellana ha dejado atrás el riguroso frío invernal. Casi se puede dormir a campo abierto...
Recuas de caballerías y mercaderes trazaron los caminos de Atienza, la Sierra Norte de Guadalajara y toda la antigua Frontera de Al Ándalus. Los arrieros actuales, sin caballos, van mejor equipados y,además, se encuentran con el camino hecho, el plato puesto y el patrimonio listo. En alguno de estos caminos nos encontraremos.