domingo, 11 de mayo de 2014

RUTA DEL ROMÁNICO RURAL. PRIMERA PARTE


     La ruta puede comenzar en Sigüenza. En la catedral, que era originariamente un templo con traza románica perfecta, quedan pocos restos; algunos canecillos no perceptibles a simple vista y la portada de la nave del Evangelio, cuyas arquivoltas las decoran hojas entrelazadas por sus tallos, buenos trabajos de cestería y una banda ajedrezada. 
     Lo más interesante en Sigüenza son las portadas de San Vicente y Santiago, con valiosas arquivoltas en sus portadas románicas con motivos similares a los referidos anteriormente de la catedral.
     Podemos hacer la primera escala en la villa de Palazuelos para recrearnos en la contemplación de las murallas por las que llegaron a apodar a la villa la Pequeña Ávila: Es obligada la visita al castillo, de los Mendoza, que por estas tierras tuvieron mucho poder. La visita es solo exterior, puesto que es privado y no permite visitas. 
 
 
                                                                                   Castillo de Palazuelos

     Carabias, sin embargo, posee una iglesia cuyos pórticos acodados son de un gran valor artístico dentro del románico. También las arquivoltas de su portada original son de gran interés. 

                                                                                     Iglesia de Carabias

    No nos olvidaremos de pasar por Pozancos, para contemplar una pequeña iglesia con innumerables tesoros románicos a la vista. Al parecer, en sus orígenes, la iglesia estaba adosada a un convento de gran planta; por ese motivo la ornamentación es en verdad valiosa.
   El ábside, medio tapado posteriormente, los canecillos historiados, guerreros con espadas en sus ventanales, los capiteles con bestiarios, la espadaña convertida en torre, la pila bautismal de su interior, etc., hacen de la iglesia de Pozancos una de estas joyas que las rutas oficiales apenas incluyen en sus recorridos pero imprescindible para los amantes del buen románico.
     En Atienza tenemos que detenernos por dos razones; porque además de los vestigios románicos el visitante querrá contemplar otros atractivos que la villa ofrece, que son muchos, y porque es hora de reponer fuerzas, seguir la visita por el pueblo y hacer noche. En esto último somos especialistas.
     Atienza conserva cinco iglesias con motivos románicos. En un pueblecito de apenas 400 habitantes todavía se levantan dos iglesias más, una renacentista (San Juan del Mercado) y otra que en sus orígenes tuvo traza románica pero que se lo comió el tiempo y la destrucción, y que hoy es un espacio rehabilitado óptimo para eventos sociales de todo tipo (San Salvador). Las restantes iglesias poseen todas ellas elementos románicos, algunos verdaderamente únicos.
     La iglesia de San Gil es hoy uno de los tres museos de la población. Solo le queda el ábside románico, pero merece la pena pasear alrededor de él para fotografiar sus piedras decoradas. Su interior es digno de ver, tres naves unidas por gruesas columnas octogonales.

Ábside de la iglesia de San Gil

     La Trinidad es el siguiente templo del que también queda el ábside, recorrido por finas cornisas con motivos vegetales y roto por tres ventanas con tres arcos concéntricos de medio punto. Precioso.
                                                                       Ábside de La Trinidad

     En dirección al castillo nos encontramos con la iglesia de Santa María del Rey, obra del siglo XIII. La portada que desde el cementerio da acceso a la iglesia está muy deteriorada, pero es una obra maestra del arte románico, con siete arquivoltas apoyadas en otras tantas columnas por capiteles todo ello ornamentado con personajes bíblicos, algunos de ellos, desafortunadamente, difícilmente identificables.

                              Arquivoltas de la fachada principal de Santa María del Rey

Si bien la entrada principal es una joya del románico la entrada posterior es una curiosidad muy particular. Es de una sola arquivolta pero tiene grabada en todo su recorrido una misma frase en dos lenguas distintas, antagónicas pero en convivencia, una en árabe y la otra en latín, cuyo texto dice "La permanencia es de Dios".
 
                      Entrada trasera de Santa María del Rey con la inscripción árabe y latina

     Aquí terminamos la primera parte de la visita. Hay que comer y dormir. Mañana seguiremos en Atienza para continuar por Albendiego, Campisábalos y Villacadima, con grandes descubrimientos.
 

    





 
 




 
 

 

miércoles, 7 de mayo de 2014

UN PASEO CON NIÑOS: LA LAGUNA DE SOMOLINOS

Situada a 19 kilómetros de Atienza, la laguna de Somolinos es un enclave natural que hará las delicias de niños y mayores. Está situada junto al pueblo del mismo nombre y recibe sus aguas del río Bornova, que nace un kilómetro más arriba y cuyo "Manadero" es igualmente digno de ser visitado.
Los coches pueden dejarse junto a la caseta que guarda los contenedores de basura, e iniciar la marcha hacia el nacimiento del río Bornova siguiendo un camino con un indicador que dice "Manadero". Entre álamos gigantescos y rocas con formas caprichosas aparece del subsuelo una surgencia que es el nacimiento del Bornova. La mayoría de las personas no habrán visto algo parecido en su vida. Es muy gratificante y aleccionador contemplar como el agua sale del mismo suelo.


 
Nacimiento del río Bornova
 
De vuelta por el mismo camino que nos llevó al "Manadero" nos dirigiremos ahora hacia la laguna, llegando en primer término a un merendero fabricado todo él en pizarra y que será el lugar que elegiremos para comer una vez realizado el recorrido semicircular de la laguna. También dispone de una fuente. Lo que no podemos asegurar es que esté en perfecto estado de uso. El gamberrismo también asola estos lugares apartados.
El tiempo empleado en el recorrido no será más de 40 minutos. En los aledaños de la pequeña ruta se han colocado varios paneles explicativos del origen de la laguna, su fauna y su flora autóctonas, que ayudarán a que los niños aprendan sobre la naturaleza y harán el recorrido más ameno.

                                                    Niños en los alrededores de la laguna

Es un destino fantástico para hacer en primavera, verano e inicio del otoño, ya que estaremos en las tierras altas de Castilla.